En ambos atrios del Templo del Señor construyó altares en honor de los astros del cielo. Sacrificó en el fuego a sus hijos en el valle de Ben Hinón, practicó la adivinación, la agorería y la hechicería; además consultó a médiums y a espiritistas. Hizo continuamente lo que ofende al Señor, provocando así su ira.

Tomó la imagen del ídolo que había hecho y la puso en el Templo de Dios, lugar del cual Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: «En este templo en Jerusalén, la ciudad que he escogido de entre todas las tribus de Israel, pondré mi Nombre para siempre.

Read full chapter

Bible Gateway Recommends